Interesado en el bienestar del país, como todos los dominicanos, busco sin descanso, noticias alentadoras en el ámbito económico, político y social. La casería comienza tan pronto se me presenta la oportunidad. Leo los medios electrónicos, los Blogs de comunicadores serios y evito, a toda costa, los blogs y opiniones de “periodistas” mercenarios; esos enemigos del pueblo que, por un mísero cheque, venden sus plumas y sus tinteros al mejor postor.
También evito los correos y los comentarios de las ciber-botellas. Un gran número de personas, que desde la comodidad de su hogar u oficina, tienen como único objetivo el criticar o desacreditar las opiniones o las denuncias de los comunicadores serios que todavía existen en el país. A esta turba de pagados se le puede identificar fácilmente por la calidad del lenguaje que usan y la falta de coordinación en sus ideas.
En esta tormenta de información interesada, manipulada, pagada y hasta tergiversada, se hace muy difícil encontrar fragmentos alentadores que indiquen que el país se dirige hacia un futuro alentador y crea confusión si se trata de usarla para determinar cual de los candidatos haría un mejor papel como presidente electo.
Al abrir un periódico o visitar un medio electrónico el dominicano se entera de que la deuda aumenta, la educación es un desastre, los colegios aumentan las tarifas, que aumenta la prostitución infantil, la violencia domestica y la discriminación contra los inmigrantes haitianos. Además, que aumenta la discriminación en contra de las personas con diferente orientación sexual, aumenta el cumplimiento inefectivo de las leyes laborales y aumenta el trabajo infantil.
Reportes anunciando que la caravana fue un éxito, que pintaron el área de blanco o de morado, que había muchos carros o que la música sonaba mejor, son reseñas que, en lugar de aclararle la situación política al pueblo, lo que hacen es confundirlo más.
Bajo esta tormenta de información, el pueblo, donde, según la Oficina Nacioal de Estadística, la mitad de los matriculados en tercer grado abandonan la escuela antes de llegar al octavo(Ver grafica adjunta), se confunde y pierde el sentido común y la capacidad de discernir.
Esta ofuscación se refleja en la pregunta que, a un mes y medio de las elecciones, todavía atormenta al dominicano no comprometido, al dominicano que no vive del PRD ni del PLD.
Pobres, ricos, con educación académica o sin ella, todos los no comprometidos pierden el sueño tratando encontrar la respuesta a la misma pregunta que una estudiante universitaria le hiso a su profesor: “Entre Danilo e Hipólito, ¿cual considera usted es la mejor opción? “Sé que ninguno”, prosiguió la estudiante, “pero la realidad es que uno de ellos será presidente”. “¿Cual, aunque sin mi voto, gobernará mejor?” Terminó insistiendo la estudiante.
Como se ve, el pueblo no comprometido y representado por esta estudiante universitaria, insiste y espera recibir un nombre como respuesta. Sin embargo, el sabio profesor le contesta de esta forma:
“No debemos untar el dedo de nuevo para luego sentirnos culpables. Su pregunta responde a la lógica del que se encuentra dentro de la trampa. Ninguno es mejor que el otro. Son malos conocidos. Ambos son empobrecedores, neoliberales, corruptos y clientelistas”.
Después de dos párrafos más, el letrado profesor continúa:
“El sacerdote Luis Barrios me enseño que el apóstol Santiago valoraba la gente por lo que hacía no por lo que decía. Ambos han ejercido el poder en beneficios de los Tutumpotes. Ambos han impuesto gobiernos anti pueblo. La historia reciente de Dominicana esta ahí: hambre, más pobres, acuerdos y opresión del FMI, robo, corrupción, apoyo de ambos a las corporaciones mineras ecocidas, biocidas y geocidas, apagones, energía cara y hay que pagarla a punta de fusil, atracos, alto costo de la vida, desastre en la educación, en la salud, desempleo, chiripeo. “
“Ya esta bueno de dejarnos agarrar por la trampa, de apoyar a quien nos maltrata o al supuesto menos malo”, agregó el profesor, quien terminó diciendo que: “La clave es unirnos y fortalecernos para sí romper la trampa electoral y echar estos opresores del poder”.
Después de recapacitar, pensé en las mil y una formas en la que podía traducirle la respuesta del profesor, al 50 porciento de los inscritos en el tercer grado. Ese 50 porciento que abandonó la escuela, antes de llagar al octavo grado.
He aquí mi traducción:
¿Que látigo le sugerirías tu al esclavo que se prepara a recibir cuatros azotes o latigazos de su Amo? ¿El látigo con el mango blanco o el látigo con el mango morado? ¿Por qué? ¿Cuál es la lógica?
Felipe Lora
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