NUEVA YORK.- Da dolor, rabia, impotencia, y estupor que las estadísticas de feminicidios en República Dominicana crecen como una peligrosa epidemia.
No pasan 24 horas, para dar a conocer que en cualquier parte de la geografía dominicana "hombre celoso, abandonado, o despechado mata a su pareja sentimental", sembrando esto luto, llanto, y pérdida irreparable.
Pareciera que el término Posesión, integrante del grupo de características del maldito individualísmo, esté controlando la mente del varón dominicano que está envuelto en el sentimiemto que promueve Cupído.
Muchos hombres, desde jóven hasta adulto, no aceptan o quiere entender que es normal que su pareja sentimental pierda interés a su relación y por ende no quiere seguir con el enlace o matrimonio.
Esto, entre otras razones que incluye problemas socio-económicos, de auto-estima y de infidelidad, está provocando un alarmante incremento en el porcentaje del crímen contra la mujer.
Es lamentable pero ninguno de los profesionales de la salud mental ha podido elaborar una tésis o proyecto efectivo que pueda frenar la ola de crímenes que se estan cometiendo contra las mujeres.
Igualmente no basta con pedir en medios de comunicación o seminarios que sólo dejan dinero a sus promotores, que cese la violencia o los asesinatos contra la mujer.
Es el momento, de que retomenos desde el hogar la orientación a ambos géneros, de que los varones entiendan que las mujeres o jóvenes no son sus propiedades; asimismo de que las mujeres se respeten y no quieran estar con dos compañías sentimental a la vez.
Que los hombres se valoren a sí mismo, que entiendan que cuando una mujer ya no lo quiere se armen de valor pero para seguir por otros senderos en pos de que cupído lo lleve a otro puerto.
Que entienda que el abandono de una mujer a la que le entregó todo, no necesariamente es un mal pago de la vida, sino es un punto para lograr la verdadera felicidad de vivir bien, super bien, pero con otra, con otra joven o hermosa dama.
Es el momento pensar fríamente antes de convertirnos en criminales o permitir que en nuestro sector haya un crímen. Ahora es el tiempo de frenar los feminicidios.
Todos y todas tenemos la obligación de que no sigan ocurriendo crímenes innecesarios, despertemos.
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