“Un pueblo unido a favor de una causa común, es la fuerza más poderosa y por consiguiente invencible. Uníos, la solución, si se puede”
En el anterior entrega, primera parte de “Un Estado al revés” hice la siguiente sugerencia: “Cada quien siga el ejerció y agregue detalles que demuestran que vivimos en “Un Estado al revés”.” Resultando los siguientes reveces de mis lectores, como sus consideraciones en relación al tema, y que sin ninguna duda ponen en riesgo la subsistencia de nuestros habientes con el Estado mismo.
“Un Estado al revés” porque los fondos de pensiones de la seguridad social, 120 mil millones de pesos, solo benefician a los bancos, sus Ars y los amigos del gobiernos que administran esos fondo, en perjuicio de los que cotizan sus ahorros y a quienes le corresponde realmente esas contribuciones, violentando doblemente sus derechos adquiridos.
“Un Estado al revés” porque los recursos del Estado deben invertirse para la garantía de los derechos ciudadanos como la salud, la educación, la justicia, la seguridad, el agua, la electricidad, el transporte, alimentos, la producción y la vivienda, todos desarrollados con eficiencia y calidad, sin embargo en cuanto a la vivienda se construyen más vivienda y se dan facilidades de préstamos para estos fines a quienes menos lo necesitan, los más ricos, en rechazo y violación a los más necesitados; de esta misma manera sucede con el resto de los servicios básicos.
“Un Estado al revés” porque las iglesias han negado el legado de la revolución cristiana, sumándose a los grupos de poder para la manipulación e hipnotismo del pueblo.
“Un Estado al revés” porque los gobiernos son inmediatitas, improvisan y han demostrado a través de la historia la falta de planificación y gerencia, cabe citar la excepción de Trujillo.
“Un Estado al revés” porque las autoridades y principales funcionarios públicos irrespetan la constitución y las leyes dando el mal ejemplo y burlando la ética y la moral que le correspondería.
“Un Estado al revés” porque sólo la productividad de una nación puede generar equidad entre su pueblo y un desarrollo social sostenible, sin embargo es en lo que menos se invierte y se apoya, apostando más a las importaciones en prejuicio de la producción nacional.
“Un Estado al revés” porque la mayoría de los artistas y personas destacadas están deteriorando los valores familiares y morales haciendo vergonzosos aportes con su arte de calle y las principales mentes empeñadas al sistema corrupto.
“Un Estado al revés” porque las autoridades promueven y demandan austeridad y sin embargo son los principales despilfarradores.
“Un Estado al revés” porque en vez de las autoridades procurar y salvaguardar la paz y la estabilidad, los gobernantes y sus funcionarios se han convertido en los más desestabilizadores, abusadores, corruptores y el principal símbolo de lo siniestro.
“Un Estado al revés” porque se populariza “la cola” como un orgullo: es el rastro de los hechos oscuros, criminales, anti éticos e inmorales que le siguen hasta la eternidad y que muy sabiamente con las más avanzadas estrategias tratan de borrar, de cubrir u ocultar ante la sociedad, reivindicando la doble moral y la falta de valores, es donde la mayoría de los que siguen las botellas o puestos con pagos sin trabajar y muchos funcionarios se inscriben como defensores del sistema corrupto, siniestro, indolente e inhumano que nos gobierna y que tradicionalmente administran nuestros recursos.
“Un Estado al revés” porque la mayoría de los empleados públicos y del sector privado al parecer piensan que cuando trabajas para alguien deben ser serviles, sin criterio propio y muy limitada capacidad de análisis. Debiendo entender que no tienes por qué inscribirte en una obediencia ciega o servicio esclavista sin derecho a libertad de pensamiento y opinión. A ellos les digo:
Debemos ser leales no serviles.
Debemos ser responsables no esclavos
Debemos ser comprometidos no fanáticos
Debemos ser correctos no pendejos
Debemos ser tolerantes no masoquistas
Debemos ser prudentes no cobardes
Debemos tener personalidad no ser títeres
Debemos ser educados y corteses no sin carácter
Debemos ser alegres y divertidos no charlatanes
Debemos ser serios no odiosos
Debemos ser justos no simuladores
Debemos ser progresistas no ilusionistas
Debemos ser liberales no inquisidores.
El ejercicio debe continuar para que cada quien, si creen que hay fin, lo ponga.
“Toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de obedecerla.” Juan Pablo Duarte
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