NUEVA YORK._ Otro crimen múltiple y atroz que sacude la comunidad criolla en El Bronx. El dominicano Vicente Cordero de 34 años de edad, enloquecido por los celos, asesinó a puñaladas a su esposa, Keity Sánchez (30) y a la hija de la pareja de 3 años de edad y luego de los crímenes, roció con gasolina el apartamento, muriendo quemado horas más tarde en un hospital del condado. Cordero, quien falleció el miércoles en la noche, estaba separado de Sánchez desde hacía algún tiempo y se mantenía acosándola, porque pretendía que ella regresara a su lado, pero la mujer se mantuvo rechazándolo hasta el día de la atroz tragedia.
El apartamento está situado en la calle 183 y la avenida Morris en el sector University Heights. Previo a una discusión que sostuvieron el asesino suicida fue a una gasolinera y compró un galón del líquido inflamable en un envase plástico de color rojo con el que espació el combustible en la vivienda, poco después de acuchillar mortalmente a la esposa y la hija.
Primero, se encerró en una de las habitaciones donde perpetró los crímenes. La niña, identificada como Keity Cordero Sánchez, fue encontrada boca abajo en su cuna, dijo una fuente de la investigación. Vecinos de la familia describieron a la bebé como “un ángel de ojos azules, fantástica y hermosa”.
El cadáver de la madre estaba en el piso del dormitorio, junto a la cama. Mientras el domicilio ardía en llamas, varias unidades de bomberos llegaron a la escena para combatir el fuego.
El apartamento está ubicado en el quinto del edificio 2275 en la referida dirección. La mujer recibió tres estocadas en el pecho. Cordero, quien trabajaba en una oficina dental en El Bronx, fue ingresado en estado crítico en la Unidad de Quemados del hospital San Barnabás de donde fue trasladado al Centro Médico Westchester, muriendo allí horas más tarde.
La policía le tenía preparado un expediente con dos cargos de asesinato en segundo grado, incendio premeditado y otros delitos, si sobrevivía. La tragedia ocurrió poco antes de las 8:00 de la noche. Erick Carpio, un vecino de la familia muerta, explicó al tabloide Daily News que al ver el fuego, se apersonó al apartamento incendiado, atraído por la abuela de la niña que estaba agonizando. Pidió a la mujer poner a la niña en su coche.
La abuela se negó diciéndole a Carpio que no abandonaría a su nieta. “Todo era humo negro, intenté forzar la puerta para entrar a la habitación, mientras escuchaba los aterradores gritos de la niña que luchaba por su vida, pero no pude”, relató Carpio. Su intención era la de tirar por una ventana a la niña para que los bomberos la rescataran a tiempo y con vida, pero la oposición de la abuela, impidió la heroica acción.
El vecino narró que también escuchó la explosión cuando comenzó el siniestro provocado por desquiciado y celoso dominicano. Cuando logró entrar a la habitación donde estaba la niña, llegó tarde. La bebé había muerto.
La horrible tragedia de la familia dominicana, fue el epitafio que puso fin a una larga historia de violencia doméstica en la vivienda de los Cordero – Sánchez, dijo otra fuente policial, pero no se reveló al cierre de esta crónica si la mujer se había querellado alguna vez contra el hombre en la Corte de Familia, la policía o si la Administración de Bienestar Infantil (ACS, siglas en inglés), había intervenido.
Por:Miguel Cruz Tejada
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