El caso de la edil socialista y el vídeo erótico que «alguien» filtró ha puesto al servicio de mensajería instantánea en el punto de mira. Depende del sistema operativo y de cómo configures la aplicación, pero la información puede descargarse por automatismo localmente en el móvil. Se puede, incluso, enviar el historial de todas las conversaciones que mantengas
¡Cuidado con el WhatApp! Aunque ha
mejorado, el servicio de mensajería instantánea está a prueba de «hackers» y
cotillas de la información ajena
¿Dónde
se guardan los mensajes y archivos que se comparten (fotos, vídeos...) a través
del sistema de mensajería instantánea WhatsApp? ¿Puede «hackearlos» un pirata
informático en cualquier momento? La respuesta que dan todos los técnicos
informáticos consultados es un sonoro «sí», así que la conclusión inicial es
que a pesar de las mejoras de seguridad que está implementando el servicio,
existen otras alternativas de servicios como iMessage que les superan con
distintos métodos para incrementar la protección de la información que
comparten sus usuarios.
De hecho, desde que se popularizó la aplicación, su
principal caballo de batalla ha sido mejorar la seguridad (y en la última
versión ha llegado a cifrar sus mensajes), ya que las críticas sobre los fallos
en este ámbito son una constante.
Por
partes. La polémica salta esta semana cuando ve la luz el vídeo erótico
protagonizado por una edil socialista del pueblo toledano de Los Yébenes, y las
acusaciones y bulos sobre quién lo ha «subido» a internet empiezan a propalarse
como la pólvora. La propia concejal acusa a la Alcaldía de haberlo difundido a
través de un e-mail; cobra posteriormente fuerza la tesis de que un joven amigo
suyo lo hubiese hecho circular a través de WhatsApp o que un «pirata» hubiese
podido interferir en el sistema operativo del smartphone que utilizó Olvido
Hormigos para grabar su escena íntima y luego provocar su renuncia al acta de
concejal haciéndolo público.
Las
dos últimas teorías colocan al servicio de mensajería compatible con los sistemas
operativos de Google (Android), Blackberry OS, Windows Mobile, Windows 8 y el
de Nokiasymbian60, así como el de Apple (el de iOs de Mac para iPhone) en el
punto de mira. Y tanto los fabricantes como los expertos informáticos
consultados por ABC.es advierten que si configuras el WhatsApp para que lo
guarde en la llamada «nube» o en la carpeta local del móvil donde te guarda
todos los archivos en caso de que uses Android, entonces ese vídeo estaría allí
guardado, en su propio móvil. Si Olvido envió a través de WhatsApp su vídeo al
del joven futbolista acusado, por ejemplo, estaría en ambos dispositivos,
además de quedar a la suerte del
habilidoso «hacker» que quisiera utilizar esa información reservada.
Una carpeta en tu móvil de Android
En
Android, al instalar la aplicación de mensajería, se crea una carpeta en un
punto de montaje del sistema operativo basado en Linux y todos los contenidos
compartidos por WhatsApp se descargan directamente esa carpeta
(/scard/WhatsApp/media). Cualquiera que tenga acceso a ese celular puede
acceder a la carpeta.
En
el caso de los iPhone, la llamada «nube» o iCloud de Apple, por ejemplo, no es
más que un trozo de disco compartido desde un servidor al que se puede acceder
con un usuario y una contraseña desde un PC u otro dispositivo. Es decir, con
ese usuario y contraseña, o consiguiéndolo de algún modo, también se puede
tener acceso y leer toda la avalancha de información que se puede transferir a
través de WhatsApp.
No
obstante, en el caso que nos ocupa y a título más informativo o anecdótico que
policial, los informáticos y fabricantes testados sugieren que lo más probable
es que la concejal socialista o una persona cercana compartiría el archivo y de
ahí a la esfera pública no habría más que un salto mínimo. Será la investigación
pertinente la que lo determine.
Se pueden recuperar siempre
El
WhatsApp, a día de hoy, se utiliza como si tratase de un Chat, aparte de que
esa posibilidad de compartir y enviar todo tipo de archivos de audio, vídeo e
imagen hacen más fluida la conversación, para lo cual solo tiene que existir la
conexión a Internet del móvil. Las conversaciones tampoco se pierden, y se
pueden recuperar o salvar siempre. De hecho, podemos incluso configurar la
aplicación en la pantalla de Ajustes para guardar el historial de todas las
conversaciones (con sus imágenes y vídeos internos, incluidos) desde un
principio. En esta aplicación también existe la opción de enviar historial de
chats, donde se selecciona la conversación concreta y se envía si se desea (con
la posibilidad de convertirla en archivo formato TXT, o guardar los archivos
como fotos y vídeos por defecto también). El último paso es enviar ese
historial en forma de correo electrónico, con lo que el rastreo de esa
conversación también se quedaría en la bandeja de salida de e-mails de ese
terminal.
Existen
muchos software-espía para acceder al rastreo del WhatsApp
Por
último, y si alguien se fiaba de tener confidencialidad en sus conversaciones,
debería conocer también que en el mercado existe un amplísimo abanico de
software-espía y aplicaciones que se llaman «Cómo espiar WhatsApp en móviles
Android e iPhone» y que por precios que rodean los 470 euros permiten espiar
WhatsApp, rastrear su contenido, grabar las llamadas, la hora y fecha, su
duración, grabar los mensajes que contengan también fotos y vídeos, y
dependiendo del tipo de teléfono móvil, usar GPS en los programas para saber en
qué dirección o lugar del mapa se están produciendo esas conversaciones. Son
programas que, según explican algunos de sus fabricantes, emplean sobre todos
aquellos que olisquean una posible infidelidad o o padres en busca de conocer
dónde están sus hijos en todo momento. Los programas modernos para espiar
móviles son discretos y se instalan instantáneamente sin necesidad de
conectarse en un ordenador. El registro se guarda en un servidor y da la opción
de poder acceder a él desde cualquier computadora o móvil con conexión a Internet.
Permiten hasta hacer capturas de imágenes de los mensajes que interesen, tanto
los enviados como los recibidos.
Por:ÉRIKA MONTAÑÉS
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