Fue un gesto discreto, que podría haber
pasado desapercibido, pero que marcó un antes y un después en el Pentágono. La
oficial Tammy Smith, de 49 años, del Ejército de Tierra de EE UU, fue ascendida
el viernes a general de brigada, en una ceremonia formal en el cementerio militar
de Arlington, aquí en la zona metropolitana de Washington. En ese tipo de
actos, la pareja sentimental del soldado ascendido le coloca la insignia
correspondiente a este en el hombro. En el caso de la soldado Smith, lo hizo su
esposa, Tracey Hepner.
El Ejército ascendía así a general, por
primera vez en su historia y en la de las fuerzas armadas, a una persona
homosexual. El 20 de septiembre se cumplirá un año de la revocación de la ley
que prohibía a gays y lesbianas servir abiertamente en el Ejército
norteamericano. En menos de un año, ese colectivo ha logrado avanzar su agenda
de visibilidad y normalización hasta los rangos más altos de la cúpula militar:
sólo dos escalafones más le quedan a Smith para llegar a general de cuatro o
cinco estrellas.
Smith y Hepner se casaron aquí en
Washington —donde las uniones gays son legales— en marzo de 2011. Smith lleva
26 años en el Ejército, y sirvió en Afganistán entre diciembre de 2010 y
octubre de 2011. Su esposa pasó entonces por los mismos nervios, la misma
ansiedad, de tener a un ser querido en el frente. Pero ninguna de las dos pudo
expresar esos sentimientos de forma abierta hasta que se hizo efectiva la
revocación de aquella ley discriminatoria en el Congreso.
El año pasado, el diario afiliado al
Pentágono Stars & Stripes entrevistó a Smith, que entonces era coronel, y
que habló con el pseudónimo de Allison. Dijo que no tenía en mente salir del
armario si la ley se revocaba. Obviamente, ha cambiado de opinión. En aquella
entrevista, explicó: “No es probable que mis compañeros de filas hayan conocido
a una persona gay, y es menos probable que hayan tenido una imagen positiva de
la gente gay, como los soldados más jóvenes”.
Entonces, Smith explicó que lo mejor que
podía pasar con la revocación de aquella ley era algo tan sencillo como dejarse
ver en público con su mujer. “Por fin, mi pareja y yo podremos salir y tomar
unas copas juntas, sin tener que estar en estado de preocupación”, dijo. Con el
tiempo, ha logrado mucho más que eso. Y ha sentado un ejemplo para todas las
ramas del Ejército. En la actualidad, la general de brigada Smith ocupa el
puesto de subjefa de gabinete del departamento de reserva del Ejército, aquí en
Washington.
“Se abre una nueva era en el Ejército
norteamericano cuando nuestros más experimentados líderes reconocen quiénes son
y sirven al país al que aman al mismo tiempo”, dijo en un comunicado Aubrey
Sarvis, veterana del Ejército y directora ejecutiva de la agrupación
Servicemembers Legal Defense Network, que trabaja a favor de la igualdad en las
fuerzas armadas. “La general de brigada Smith ha hecho historia hoy —no sólo
por ser un miembro de uniforme ejemplar, que sirve a nuestra nación con
integridad y honor— sino como una lesbiana orgullosa de ello que admite así el
tremendo sacrificio que su familia asume para que ella pueda avanzar en el
servicio a su país”.
Por: David Alandete
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