O el don't be evil de Google es de
aplicación intermitente, o las autoridades estadounidenses difieren bastante en
la interpretación que realiza la compañía de su eslogan, porque los chicos de
Mountain View acaban de recibir una sonora bofetada legal por espiar a los
usuarios de Safari.
La Comisión Federal de Comercio (FTC por
sus siglas en inglés), entidad pública encargada de velar por los intereses de
los consumidores en Estados Unidos, ha pactado con Google una multa de 22,5
millones de dólares por utilizar cookies de seguimiento y publicidad dirigida
en el navegador de Apple, a pesar de que Google se comprometió a no utilizar
este tipo de técnicas de forma automática.
Estas cookies de seguimiento se
introdujeron gracias a botones "+1", que al ser pinchados por el
usuario introducían una cookie con una vida de 24 horas. Poco tiempo, pero es
que Google, aprovechando que Safari veía estas cookies como voluntarias, podía
seguir introduciendo muchas más, dado que Safari aceptaba automáticamente las
cookies procedentes de los sitios que ya habían instalado una.
Esta actividad se llevó a cabo durante
varios meses entre 2011 y 2012, pero tras ser descubierta Google modificó su
sistema de cookies, alegando que se había tratado de un error inocente. Tal vez
por eso la FTC haya aceptado que Google no sea declarada culpable. Lo que no ha
dejado de hacer es golpearse el techo para marcar su autoridad, recalcando que
esta es la sanción más importante en su historia, y que supone una clara
advertencia para otras compañías. Bienintencionadas o no.
Por: Alberto Ballestin
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