NUEVA YORK._ El doctor Teodoro E. Regus cumple 25 años de servicio continúo a la comunidad latina.
El reconocido odontólogo del Alto Manhattan es una de las figuras más prestantes de la diáspora
Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ Con 25 años de servicio y continua entrega a la comunidad dominicana y latina radicada en el Alto Manhattan, el doctor Teodoro E. Regus, una de las figuras más prestantes de la diáspora criolla en ultramar, relata orgulloso cómo definió su vocación de dentistas, que en una parte la heredó de su padre, un destacado profesional del ramo y de su madre quien fuera una técnica dental al lado de su esposo.
Nacido y criado hasta los seis años de edad en la calle José Trujillo Valdez (hoy avenida Duarte) de Santo Domingo, donde su papá ejercía como dentista, recuerda que llegó al mundo un 27 de noviembre de 1954.
Regus realizó sus primeros estudios en el colegio Calasanz y en el Don Bosco para graduarse de bachiller en La Salle de la avenida Bolívar. En la Universidad Autónoma de Santo Domingo, se licenció como odontólogo en 1981.
Luego emigró a Boston con el sueño de llegar a la Universidad de Harvard, pero la esperanza se le truncó por falta de recursos económicos y decidió radicarse en Nueva York, donde entró al Colegio de Odontología de la Universidad de Nueva York (NYU) que tenía un programa para dentistas extranjeros entre 1983 al 1985.
Desde 1985 a 1987, trabajó en el Departamento de Odontología del New York Hospital y en julio de 1987, abrió su propio consultorio en la avenida Sherman y la calle 207, donde permanece hasta hoy, ofreciendo sus servicios, luego de seis meses laborando en el Centro Médico Spaden dirigido por el doctor Camejo y que funcionaba en la calle Dickman y que ofrecía diversos servicios en diversas ramas de la medicina.
Para el prestante odontólogo dominicano, su más alto orgullo es el de haberse consolidado en el mismo sitio que hace 25 años abrió, con la preocupación de servir a su gente. “Aquí vienen a tratarse entre 15 a 18 pacientes diariamente y muchas veces hasta 25”, explica.
“Me siento muy orgulloso del tipo de trabajo profesional que he hecho, creo que sin lugar a dudas he llenado un vacío bastante grande porque la comunidad, en los años en que llegué aquí, no tenía acceso a servicios de dentistas latinos y comencé a prevérselos”, expresa el doctor Regus Pero su apego y entre la comunidad no sólo se ha quedado en lo profesional. En el aspecto comunitario se ha involucrado mucho en lo que es contribuir con la salud y la educación, ofreciendo charlas en escuelas para motivar a los jóvenes estudiantes que terminen sus cursos y vayan a las universidades.
Los envejecientes también encuentran el doctor Regus una mano amiga y participa en ferias de salud que se realizan en diferentes sectores de Washington Heights y otros condados. “Todo lo que tiene que ver con la comunidad me compete y estoy muy involucrado”.
En cuanto a la clínica de su propiedad y en la que trabajan cuatro profesionales (un dentista y dos asistentes) bajo su dirección, el doctor Regus dice que los años mozos en los que trabajó junto a su papá y su mamá, le hizo ver desde el principio la forma solidaria en la que sus progenitores trataban a sus pacientes pobres.
“Tenemos programas para la comunidad y entre estos está el aceptar todos los seguros del gobierno como el Medicaid y los privados, además de dar facilidades de pago a quienes no cuentan con el dinero que requiere un tratamiento o servicio específicos”, añade el prestante odontólogo dominicano.
“Muchas veces tenemos que tratar a los que sufren sin ningún beneficio económico, porque el no hacerlo lo castiga Dios. No podemos dejar a la gente con dolor porque no tenga dinero para pagar el servicio”, relata.
“La vocación me nació en el momento en que mi papá comenzó y me pagaba $.0.25 centavos por pulir las dentaduras, eso era mucho dinero, porque sólo pagaba $0.10 centavos para ir al cine y me quedaba $0.15 para dulces y refrescos”, recuerda el doctor Regus
“Empecé, inspirado en el trabajo de mi padre a dibujar dientes y las caras de los dientes. El ejercicio de mi papá tuvo una influencia bastante marcada en mi profesión”, sostiene Regus.
Pidió a los estudiantes que quieran hacer carreras que vean en él el estímulo y lo que ellos pueden hacer, que se puede lograr, siempre que deseen hacerlo. “Este es el mensaje para todos los que están en el trecho del camino para que sigan adelante”.
La boda de plata no se queda ahí.
El doctor Regus planifica un evento por todo lo alto para el 11 de agosto en el club The Water en Manhattan en el que compartirá con sus colegas, familiares, amigos y personas especiales.
“Será un evento en el que podré compartir este momento especial con amigos como los doctores Sócrates Pérez, Juan Frías y otros que empezamos juntos en 1987 y aunque desafortunadamente ya no están en este medio, vendrán desde La Florida a compartir contigo”, detalla el doctor Regus “Este es un evento debe celebrarse, porque cuando se logra mantener una trayectoria por 25 años en el mismo sitio y con el mismo número de teléfono, indica que hay cierto grado de seriedad, respaldo de la comunidad”, sostiene.
MENSAJE A LOS LATINOS
Regus envía un mensaje a los latinos, especialmente aquellos que sufren de diabetes y que no está controlada a que se chequeen frecuentemente.
“La Asociación Americana de Diabetes reconoce que uno de los efectos secundarios de la diabetes no controlada son la devastación que produce esa enfermedad, especialmente con las encías. Ya no se trata de problemas renales, eréctil en los hombres, la vista, amputación de dedos y otras causas, sino también del problema bucal”, agrega.
Advirtió que si los diabéticos no controlados, que tienen un problema con la coagulación y que sangran demasiado deben ver a sus dentistas periódicamente.
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