Por Agustín de la Cruz -La apretada situación económica ha incrementado la proliferación de los negocios informales en la ciudad de Nueva York.
Razón por las que en las principales avenidas son notorios los vendedores de flores, frutas, accesorios de celulares, comida rápida, agua, entre otros; la mayoría de estos vendedores ambulantes no poseen ni acta de nacimiento, mucho menos permiso para operar como negocios en las calles de la gran manzana.
Y viéndolos desde el punto de vista legal, tanto la ciudad como las autoridades tienen todo el derecho de hacer cumplir la ley, haciéndose eco en algunos casos de las quejas de los dueños de negocios tradicionales en los alrededores, quienes reportan a estos vendedores alegando que con sus ventas les afectan los ingresos a negocios que si pagan impuestos, pagan renta, electricidad, teléfono, tienen empleados, etc., etc.….
Pero qué hay de la parte humana, la mayoría de estos vendedores han perdido sus empleos, no tienen documentos que les permita trabajar en una factoría y/o empresa de servicio, están enfermos y su estado de salud no les permite cumplir con un horario, no tienen preparación ni dominan el idioma, son padres de familia, en fin son tantas las causas y razones que se nos escaparían muchas al tratar de mencionarlas. Pero la más importantes es que son seres humanos tratando de ganarse el sustento sin hacer nada deshonesto.
Resulta doloroso ver llegar las autoridades donde estos venduteros y luego de contactar que carecen de permiso para ejercer la venta, lo despojan de toda las mercancías, le dan una multa y en el peor de los casos se los llevan detenido.
Entonces el que observa este panorama descubre, que en ese mismo momento el aplicar la ley, se ha convertido en injusticia. (Soylatino.net)
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