corte de Nueva York revisa un crimen de odio contra dos hispanos después de 10 años

NUEVA YORK - Casi 10 años después de que Christopher Slavin fuera sentenciado a 25 años en prisión por golpear brutalmente a dos jornaleros mexicanos en un almacén abandonado en Long Island, su caso regresó a la corte este martes.
Un tribunal federal de apelaciones escuchó los argumentos sobre si la sentencia de Slavin debería suspendida o no debido a que los fiscales lo forzaron a mostrar sus tatuajes, entre ellos el de una suástica, y tratar de interpretarlos para el jurado.
"Ellos le quitaron la ropa a la fuerza y tomaron fotografías de su cuerpo", dijo el abogado defensor de Slavin al periódico local Newsday. "Él tenía una esvástica del tamaño de un plato de comida en el pecho. Fue devastador".
Los abogados de Slavin y la fiscalía del condado de Suffolk, en Long Island, intercambiaron argumentos ante el tribunal federal en Manhattan. La defensa argumenta que la fiscalía influenció al jurado que escuchó el caso en la localidad de Suffolk, porque se enfocó en los tatuajes y símbolos de blancos supremacistas del acusado.
El ataque perpetrado por Slavin, y otro acusado en el caso identificado como Ryan Wagner, fue el primero en contra de obreros hispanos que atrajo atención nacional en Nueva York.
Slavin, ahora de 39 años, y Wagner, ahora de 29, fueron declarados culpables de golpear brutalmente a Israel Pérez y Magdaleno Estrada, dos jornaleros mexicanos en Farmingville, en un almacén abandonado en Shirley en septiembre de 2000 con la promesa de ofrecelres un trabajo.
Una vez allí, las víctimas testificaron que Slavin le abrió la cabeza a Estrada con una excavadora de agujeros de postes y Wagner rajó a Pérez con un cuchillo.
Slavin y Wagner fueron condenados en juicios separados de intento de asesinato y asalto. Slavin fue condenado a 25 años de prisión. En el 2006, la división de apelaciones redujo la condena de Wagner condena a 15 años.
Los miembros del jurado podrían llegar a una conclusión acerca de lo que alguna vez pensó Slavin, debido a los tatuajes, pero "sólo porque son incriminatorias no los hacen testimonio", dijo Clifford, un vocero de la oficina del fiscal al medio citado.
Los hechos se suman en una serie de ataques por odio racial ocurridos en algunas zonas de Long Island con alta densidad de inmigrantes hispanos de Nueva York, en los últimos años.