Para cientos de familias de hispanos que viven en Estados Unidos, el cierre de las fiestas decembrinas es la mañana del día 6 de enero, cuando los tres reyes de oriente, premian con juguetes a los niños que se han portado bien durante el año.
En la memoria de cualquier hispano siempre está el recuerdo de ese juguete de la infancia que los reyes concedieron y que formó parte de la ilusión de tratar de quedarse despierto hasta ver amanecer y ser el primero en jugar con los regalos.
La tradición más difundida sobre los Reyes Magos cuenta que vinieron de Oriente, eran tres (Melchor, Gaspar y Baltasar) e iban guiándose por una estrella que los condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro (representando su naturaleza real, como presente conferido a los reyes), incienso (que representa su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús).
De acuerdo con la tradición, los niños deben mandarles una carta a los Reyes Magos pidiendo los regalos que quieren e indicar los méritos por los que se merecen recibir los regalos. La noche del 5 de enero los niños deben dejar sus zapatos en algún lugar de la casa y al día siguiente se encuentran allí los regalos o, en el caso de haberse portado bien, un pedazo de carbón dulce.
Irina Taidé, de 17 años y nacida en Quito, Ecuador, reconoce que siempre le han gustado los reyes, y que cuando era pequeña solía dejarles leche y galletas para que éstos le trajesen regalos. Mientras tanto, Marcela, de 5 años, afirma que "va a dejarles una carta pidiéndoles que le traigan una bicicleta y una muñeca".
Carlos. quien lleva 14 años en Estados Unidos, sabe lo importante que es para muchos hispanos celebrar: "el día de los Reyes Magos es un gran día de fiesta en América Latina y en México", cuenta. "Aquí, es triste, pero la Navidad la sobrecogió con todo su aspecto comercial".
En la memoria de cualquier hispano siempre está el recuerdo de ese juguete de la infancia que los reyes concedieron y que formó parte de la ilusión de tratar de quedarse despierto hasta ver amanecer y ser el primero en jugar con los regalos.
La tradición más difundida sobre los Reyes Magos cuenta que vinieron de Oriente, eran tres (Melchor, Gaspar y Baltasar) e iban guiándose por una estrella que los condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro (representando su naturaleza real, como presente conferido a los reyes), incienso (que representa su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús).
De acuerdo con la tradición, los niños deben mandarles una carta a los Reyes Magos pidiendo los regalos que quieren e indicar los méritos por los que se merecen recibir los regalos. La noche del 5 de enero los niños deben dejar sus zapatos en algún lugar de la casa y al día siguiente se encuentran allí los regalos o, en el caso de haberse portado bien, un pedazo de carbón dulce.
Irina Taidé, de 17 años y nacida en Quito, Ecuador, reconoce que siempre le han gustado los reyes, y que cuando era pequeña solía dejarles leche y galletas para que éstos le trajesen regalos. Mientras tanto, Marcela, de 5 años, afirma que "va a dejarles una carta pidiéndoles que le traigan una bicicleta y una muñeca".
Carlos. quien lleva 14 años en Estados Unidos, sabe lo importante que es para muchos hispanos celebrar: "el día de los Reyes Magos es un gran día de fiesta en América Latina y en México", cuenta. "Aquí, es triste, pero la Navidad la sobrecogió con todo su aspecto comercial".
Muchas familias de mexicanos, puertorriqueños y de otros países latinos por todo Estados Unidos están reclamando un resurgimiento de las antiguas costumbres. Cada año, el Museo del Barrio en Nueva York organiza un alegre desfile que rinde tributo a la leyenda de los tres Reyes Magos y visita Harlem y Brooklyn. Una iniciativa de la comunidad puertorriqueña que se estableció en esta área en la década de 1950 y que quería conservar sus costumbres y darlas a conocer a las nuevas generaciones.
Sin embargo, de ambos lados de la frontera entre EE.UU. y México, son pocas las familias que se acogen a las viejas tradiciones.
En Argentina, la noche del 5 de enero los niños buscan sus cajas de zapato vacías para que los Reyes coloquen sus regalos en ellas. Se les deja hierba y agua para los camellos, y galletitas y leche para los tres sabios de Oriente. A la mañana siguiente, los pequeños se levantan temprano para buscar sus regalos.
En la Ciudad de México es costumbre que la gente salga a celebrar desde la víspera de Reyes. Muchas familias se dirigen al parque conocido como la Alameda, lugar que se llena de puestos de comida y donde los Reyes Magos hacen su aparición para saludar al pueblo. Es usual que la famila se reuna para saborear entre otros manjares, la rosca de Reyes, una de las delicias de la temporada. A este postre se le decora con frutas abrillantadas. En su interior se incluye una pequeña figura del Niño Jesús. A quien lo encuentre le corresponde organizar una fiesta para el 2 de febrero, Día de La Candelaria.
En Puerto Rico, la noche del 5 de enero los niños corren por el patio recogiendo grama. Ponen la grama en una caja de zapatos y colocan la caja junto a su cama. La grama es usada para alimentar a los camellos. Los reyes entonces dejan regalos en las cajas. El gobierno de la isla organiza una gran fiesta en San Juan donde los reyes traen regalitos para los niños menos afortunados y en el pueblo de Juana Díaz se erigen tres grandes estatuas de los reyes y se celebra una gran cabalgata. Es el único país en latinoamérica que festeja los Reyes Magos como un día completamente festivo igualado al día de la navidad.
Sin embargo, de ambos lados de la frontera entre EE.UU. y México, son pocas las familias que se acogen a las viejas tradiciones.
En Argentina, la noche del 5 de enero los niños buscan sus cajas de zapato vacías para que los Reyes coloquen sus regalos en ellas. Se les deja hierba y agua para los camellos, y galletitas y leche para los tres sabios de Oriente. A la mañana siguiente, los pequeños se levantan temprano para buscar sus regalos.
En la Ciudad de México es costumbre que la gente salga a celebrar desde la víspera de Reyes. Muchas familias se dirigen al parque conocido como la Alameda, lugar que se llena de puestos de comida y donde los Reyes Magos hacen su aparición para saludar al pueblo. Es usual que la famila se reuna para saborear entre otros manjares, la rosca de Reyes, una de las delicias de la temporada. A este postre se le decora con frutas abrillantadas. En su interior se incluye una pequeña figura del Niño Jesús. A quien lo encuentre le corresponde organizar una fiesta para el 2 de febrero, Día de La Candelaria.
En Puerto Rico, la noche del 5 de enero los niños corren por el patio recogiendo grama. Ponen la grama en una caja de zapatos y colocan la caja junto a su cama. La grama es usada para alimentar a los camellos. Los reyes entonces dejan regalos en las cajas. El gobierno de la isla organiza una gran fiesta en San Juan donde los reyes traen regalitos para los niños menos afortunados y en el pueblo de Juana Díaz se erigen tres grandes estatuas de los reyes y se celebra una gran cabalgata. Es el único país en latinoamérica que festeja los Reyes Magos como un día completamente festivo igualado al día de la navidad.
Violeta Merlo. AOL
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