Esa era la base de su sustento y la precaria vía para comprar algunos de los medicamentos que con frecuencia debe consumir.
Postrada en una destartalada mecedora de una modesta vivienda en el Ensanche Luperón, en la capital dominicana, comparte sus precariedades junto a varias de sus hijas que por más esfuerzos realizados, lamentablemente, no logran responder positivamente a las exigencias de subsistencia cotidiana.
Y es que doña Beatriz Guzmán no parece gozar del privilegio de buenos mediadores en el Estado dominicano, mejores conocidos como "padrinos", pues, a pesar de que hace varios años un Decreto autoriza la pensión de 5 mil pesos al mes, nunca ha llegado la autorizada asignación al seno de su hogar.
Tampoco en el partido de su admirado doctor José Francisco Peña Gómez ha existido alguien capaz de hacer realidad, con sus acciones inmediatas, la solidaridad humana frente al preocupante y penoso drama que proyecta la vida de una noble dama dominicana.
Ahora, para colmo, los 2 mil pesos que procedían del Ministerio de Trabajo fueron suspendidos como por arte de magia y ante quienes hemos realizado gestiones en procura de una pronta reposición sólo existe como respuesta "esperar al año que viene cuando el presupuesto de la institución sea sustancialmente mejorado".
Oh Santo Dios..!! Cuántas cosas hay que ver y escuchar en este país tan especial..!!
En ocasiones vale creer que esto es el colmo...!!
Es increíble como una sociedad y sus autoridades tienden a responder al sacrificio de una humilde madre lacerada por el dolor de vivir el asesinato de una hija, en plena juventud, a favor de la democracia del pueblo dominicano.
Aun hay tiempo para resarcir lo ocurrido.
Mientras, doña Beatriz Guzmán espera, el Ministro de Trabajo, tiene la palabra y la corrección.
Publicado en Primicias
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