La Guardia Civil mantiene abierta la investigación sobre esta entrada de droga para dar con los apoyos que la banda de narcotraficantes tiene en la región de Cataluña, dado que en este tipo de operaciones se precisan cómplices tanto en el puerto de salida de la droga como en el de destino, explicaron las fuentes.
Concretamente, la cocaína viajaba oculta en el interior de 16 bolsas de deporte envueltas en filme transparente, cada una de las cuales alojaba entre 34 o 35 pastillas de algo más de un kilo cada una, y camufladas entre los sacos de café.
La cocaína incautada, que viajaba en un buque que zarpó de la República Dominicana a finales del pasado mes de septiembre, estaba oculta en un contenedor que llevaba café para una empresa del sector con sede en Madrid, completamente ajena al transporte de la droga.
Según los investigadores, el destino de la droga incautada era con toda probabilidad el mercado español, donde habría alcanzado el doble de valor dada su extrema pureza.
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